domingo, 2 de agosto de 2015

Ese paraíso cercano por el que me gusta pasear.


No suelo viajar lejos, y cuando pienso en este paraíso, estoy segura que tampoco lo necesito.
Me gusta pasear por sus playas cuando cae el sol y la brisa cálida abriga mi piel. Tan cerca y tan lejos. Mi cachito de África, con pies descalzos, con olas solitarias, con mi creatividad volando sin horizontes y donde podría conocerte a tí. 
En mi imaginación te veo, a mi lado, aún sin rostro, pero ya te conozco. Tu mirada me desnudan hasta el alma y todo lo vivido hasta ahora se me olvida, quedándome infantil ante tus besos.
Me encanta el azul turquesa de sus aguas sobre las arena blanca bordeada por las rocas negras salidas de las calientes entrañas del cuerpo tierra. Y su faro al fondo compensando mi feminidad.
Y aunque no estés allí, lo viviré, y aunque no sea allí, te encontraré.


                                                                                           Fuerteventura. Junio de 2015